(Notícia em Espanhol)
El ahorro de costes de combustible y las exigencias medioambientales se imponen en unas fechas en las que el precio del petróleo rebasa 120 dólares por barril con un alza del 30% desde comienzo del ejercicio.
Tres agentes importantes de la aviación comercial, Iberia, AENA y Repsol, han unido sus fuerzas en un proyecto de largo plazo cuyo objetivo es lograr una alternativa renovable a la dependencia de los aviones del petróleo que, a la vez, frene las emisiones de C02 que provoca la aviación comercial; un 2% del total. Las tres firmas han comprometido su apoyo y colaboración a la empresa Algaenergy para que esta biotecnológica, participada por Repsol e Iberdrola, monte un centro de experimentación en las proximidades de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.
El objetivo es cultivar de manera acelerada dos tipos de microalgas, de nombre Anabaena y Murielopsis que, en base a su riqueza en ácidos grasos, son adecuadas para convertirse en materia prima para la producción de bioqueroseno para aviación.
El centro se dedicará a investigar, experimentar y mejorar las tecnologías de captura de C02, en este caso procedentes de las instalaciones de mantenimiento de reactores de Iberia. Este gas que provoca el efecto invernadero servirá para alimentar a las microalgas.
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El ahorro de costes de combustible y las exigencias medioambientales se imponen en unas fechas en las que el precio del petróleo rebasa 120 dólares por barril con un alza del 30% desde comienzo del ejercicio.
Tres agentes importantes de la aviación comercial, Iberia, AENA y Repsol, han unido sus fuerzas en un proyecto de largo plazo cuyo objetivo es lograr una alternativa renovable a la dependencia de los aviones del petróleo que, a la vez, frene las emisiones de C02 que provoca la aviación comercial; un 2% del total. Las tres firmas han comprometido su apoyo y colaboración a la empresa Algaenergy para que esta biotecnológica, participada por Repsol e Iberdrola, monte un centro de experimentación en las proximidades de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.
El objetivo es cultivar de manera acelerada dos tipos de microalgas, de nombre Anabaena y Murielopsis que, en base a su riqueza en ácidos grasos, son adecuadas para convertirse en materia prima para la producción de bioqueroseno para aviación.
El centro se dedicará a investigar, experimentar y mejorar las tecnologías de captura de C02, en este caso procedentes de las instalaciones de mantenimiento de reactores de Iberia. Este gas que provoca el efecto invernadero servirá para alimentar a las microalgas.
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