(Notícia em Espanhol)
Científicos de la Universidad de Cádiz investigan para eliminar de las aguas residuales nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, que normalmente no se eliminan en las depuradoras, utilizando microalgas, en un proceso que podría llevar a la elaboración de biocombustibles.
La responsable del estudio, Carmen Garrido Pérez, ha explicado a EFE que los procesos habituales de depuración de aguas residuales no son muy efectivos a la hora de eliminar estos nutrientes.
"Si son vertidos al mar se diluyen y no afecta mucho, pero si son vertidos a ríos o pantanos, afecta mucho", ha explicado la científica, que señala que en estas aguas los nutrientes originan el crecimiento excesivo de plantas y algas que consumen el oxígeno del medio hasta hacer peligrar la vida de los peces y provocar colores verdosos en las aguas.
La normativa europea y española de depuración de aguas residuales sólo obliga a eliminar estos nutrientes cuando los vertidos de aguas residuales depuradas van a parar a "zonas sensibles", en las que se capta agua para usos como el regadío.
Científicos de la Universidad de Cádiz investigan para eliminar de las aguas residuales nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, que normalmente no se eliminan en las depuradoras, utilizando microalgas, en un proceso que podría llevar a la elaboración de biocombustibles.
La responsable del estudio, Carmen Garrido Pérez, ha explicado a EFE que los procesos habituales de depuración de aguas residuales no son muy efectivos a la hora de eliminar estos nutrientes.
"Si son vertidos al mar se diluyen y no afecta mucho, pero si son vertidos a ríos o pantanos, afecta mucho", ha explicado la científica, que señala que en estas aguas los nutrientes originan el crecimiento excesivo de plantas y algas que consumen el oxígeno del medio hasta hacer peligrar la vida de los peces y provocar colores verdosos en las aguas.
La normativa europea y española de depuración de aguas residuales sólo obliga a eliminar estos nutrientes cuando los vertidos de aguas residuales depuradas van a parar a "zonas sensibles", en las que se capta agua para usos como el regadío.