(Notícia em Espanhol)
El aceite de palma no tiene buena prensa. Cada año, millones de hectáreas de bosque y selva son destruidas para poder cultivar la palma aceitera, con terribles consecuencias para el medio ambiente. Además, se trata de un aceite poco saludable debido a su alto contenido en ácidos grasos saturados.
A pesar de su mala fama, la producción de esta planta es clave en la economía de varios países tropicales, que esta semana han defendido su cultivo durante el Foro Internacional de Medio Ambiente celebrado en Bali.
La gran demanda de este aceite para fabricar biocombustibles está agravando los problemas de deforestación en los países tropicales, donde las plantaciones de palma aceitera y acacia (para fabricar pasta de papel) están reemplazando a los bosques, como denuncian los ecologistas: "No estamos en contra del uso de aceite de palma, pues mucha gente lo consume. Lo que hay que garantizar es que la demanda de aceite de palma y de papel no genere destrucción y en Indonesia están talando bosques vírgenes para producirlos", afirma Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques y clima de Greenpeace.
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El aceite de palma no tiene buena prensa. Cada año, millones de hectáreas de bosque y selva son destruidas para poder cultivar la palma aceitera, con terribles consecuencias para el medio ambiente. Además, se trata de un aceite poco saludable debido a su alto contenido en ácidos grasos saturados.
A pesar de su mala fama, la producción de esta planta es clave en la economía de varios países tropicales, que esta semana han defendido su cultivo durante el Foro Internacional de Medio Ambiente celebrado en Bali.
La gran demanda de este aceite para fabricar biocombustibles está agravando los problemas de deforestación en los países tropicales, donde las plantaciones de palma aceitera y acacia (para fabricar pasta de papel) están reemplazando a los bosques, como denuncian los ecologistas: "No estamos en contra del uso de aceite de palma, pues mucha gente lo consume. Lo que hay que garantizar es que la demanda de aceite de palma y de papel no genere destrucción y en Indonesia están talando bosques vírgenes para producirlos", afirma Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques y clima de Greenpeace.
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